Son horripilantes ejemplos de la pestilencia pura corporeizada, y hacen honor a su nombre, pues sólo existen para arruinar y corromper. Son guerreros enormes y poderosos capaces de destrozar a casi cualquier enemigo antes siquiera de que sus viles plagas lleguen a hacer efecto, y ostentan un poder absoluto sobre sus esbirros de los Clanes Pestilens. Un leve corte de sus hoces de plaga basta para infectar a sus oponentes; plantar cara a estos malévolos y taimados skaven es poco menos que firmar tu propia sentencia de muerte.
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