Los Necromancers tienen fama de ser individuos retorcidos y corruptos obsesionados con la muerte y con evitarla a toda costa. Los vampiros se sirven de ellos (en raras ocasiones son sus propios amos) para reanimar los cadáveres de sus siervos y devolverlos a la batalla. Para aprender esas artes oscuras, estos hombres desesperados buscarán a un Vampiro u otro Necromancer que les tutele, si bien esa empresa entraña grandes riesgos y muchos aspirantes han hallado una muerte espeluznante a manos (o colmillos) de su potencial tutor. Quienes sobreviven se convierten en magos poderosos, aunque su cordura queda destrozada para siempre por los horrores que presencian.
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