Como sirvientes y auxiliares de los Haemonculi, los Wracks son aborrecibles ejemplos de la pericia quirúrgica de sus amos, pues cada uno de ellos ha sido rajado y vuelto a "montar" convertido en un instrumento andante de tortura. En el campo de batalla defenderán a su creador sin importarles su propia vida, usando todo tipo de armas tan exóticas como turbadoras.
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