Lanzándose a la refriega con la confianza de un maestro espadachín, el Visarca recuerda a los Aeldari en el apogeo de su poder: es el escolta, maestro y confidente de Yvraine, y una parte integral del círculo íntimo Ynnari. En combate, se lanza entre los enemigos. , cercenando extremidades y cabezas con la Espada Bruja Asu-var, la Espada de los Gritos Mudos. Las muchas caras que adornan su antigua armadura de Bel-Anshoc representan las personalidades que puede adoptar en la batalla, que incluyen la espada firme de un Exarca y la destreza acrobática de un Brujo Drukhari.