Estoico y paciente a niveles inhumanos, el Locus puede pasar de una quietud lúgubre a un estallido de actividad en un pestañeo. Esta súbita explosión de violencia es tan inesperada como letal. Como un Lictor que salta desde las sombras, el Locus efectúa un golpe decapitador a la velocidad del rayo, y sus sables gemelos relucen entre la niebla de la batalla para dejar sin cabeza a su víctima.

Si quieres mantener a salvo a tus líderes de los Genestealer Cults, necesitas un Locus. Esta unidad es el guardaespaldas perfecto, capaz de interceptar heridas y abatir enemigos antes de que puedan siquiera llegar a tu Patriarch, Magus, Primus, o el campeón que hayas elegido.