Haarken Worldclaimer disfruta macabramente de su papel como portavoz de Abaddon, pues eso significa que él proclama la muerte de mundos, no con amenazas vulgares o alardes vacuos, sino hundiendo su arma, la reliquia daemónica Lanzainfernal, en el corazón de soldados y civiles por igual. Es un presagio oscuro encarnado, y la destrucción ultraterrena que vaticina es la llegada del propio Señor de la Guerra.
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